Trastornos defecatorios:
Los trastornos defecatorios son un conjunto de condiciones médicas que afectan el proceso de evacuación intestinal. Estos trastornos pueden manifestarse como dificultades para defecar, dolor durante la evacuación intestinal, incontinencia fecal (incapacidad de controlar la liberación de las heces), o una combinación de estos síntomas.
Entre los trastornos defecatorios más comunes se encuentran el estreñimiento crónico, la diarrea crónica, el síndrome del intestino irritable y la incontinencia fecal. Cada uno de estos trastornos tiene sus propias causas y factores de riesgo, pero pueden compartir algunos síntomas comunes.
El estreñimiento de tránsito lento, también conocido como estreñimiento colónico o estreñimiento crónico, es un tipo de estreñimiento en el que las heces se mueven a través del colon a una velocidad más lenta de lo normal. Esto puede provocar que las heces se vuelvan más duras y secas, lo que dificulta su eliminación del cuerpo.
El estreñimiento de tránsito lento puede ser causado por varias razones, como una dieta baja en fibra, falta de actividad física, ciertos medicamentos, estrés, cambios hormonales o problemas de salud, como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Parkinson.
Los síntomas del estreñimiento de tránsito lento pueden incluir heces duras y secas, esfuerzo para evacuar, dolor abdominal y sensación de incomodidad después de defecar.
El anismo, también conocido como disquecia o trastorno del suelo pélvico, es un trastorno defecatorio en el que la persona experimenta dificultad o incapacidad para defecar debido a una disfunción de los músculos del suelo pélvico. En el anismo, los músculos del piso pélvico no se relajan adecuadamente durante la evacuación intestinal, lo que hace que la persona tenga dificultad para evacuar las heces.
Las personas con anismo a menudo experimentan síntomas como esfuerzo excesivo para defecar, sensación de que las heces no salen completamente, dolor al defecar, necesidad de usar los dedos para extraer las heces o una sensación de bloqueo en el recto.
Las causas del anismo pueden variar e incluyen problemas anatómicos, trastornos neurológicos, lesiones del nervio pudendo, cirugía previa en la región pélvica, estrés y ansiedad, entre otros.
El tratamiento del anismo generalmente incluye ejercicios de fisioterapia para fortalecer y relajar los músculos del suelo pélvico, terapia conductual y cambios en la dieta y el estilo de vida para mejorar la regularidad intestinal. En algunos casos, puede ser necesario un tratamiento médico más invasivo, como la terapia con botox o la cirugía, pero esto se determinará caso por caso según las necesidades individuales del paciente.
El prolapso rectal ocurre cuando el recto se desliza hacia afuera del ano. En esta condición, una parte del revestimiento del recto protruye a través del ano, lo que puede provocar una variedad de síntomas, incluyendo incomodidad, dolor, sangrado rectal, incontinencia fecal y dificultad para defecar.
El prolapso rectal puede ser causado por varias razones, como el debilitamiento de los músculos y ligamentos que sostienen el recto, el envejecimiento, el parto, el estreñimiento crónico o enfermedades como la enfermedad de Chagas o la enfermedad de Hirschsprung.
El prolapso rectal se clasifica en tres tipos según su gravedad y extensión:
- Prolapso rectal parcial: en este tipo, una parte del revestimiento del recto protruye a través del ano durante la defecación, pero se retrae automáticamente después de la defecación. Puede no causar síntomas o puede causar una sensación de bulto o incomodidad en el ano.
- Prolapso rectal completo: en este tipo, el recto protruye completamente a través del ano y no se retrae automáticamente. La persona puede tener dificultad para volver a colocar el recto en su lugar y puede experimentar síntomas como dolor, sangrado rectal, incontinencia fecal y dificultad para defecar.
- Prolapso rectal interno: en este tipo, el recto se desliza hacia abajo dentro del canal anal, pero no protruye a través del ano. Puede causar síntomas similares al prolapso rectal completo, como dificultad para defecar, incontinencia fecal y dolor.
La manometría rectal es una prueba que se utiliza para evaluar la función del recto y el ano. Durante la prueba, se introduce un pequeño tubo en el ano y se mide la presión de los músculos del recto y el ano mientras se realizan diferentes maniobras, como la simulación de la defecación.
La manometría rectal puede ayudar a detectar trastornos defecatorios como el anismo, el síndrome del intestino irritable, la incontinencia fecal y el estreñimiento crónico. La prueba también puede ayudar a determinar la mejor forma de tratamiento para estos trastornos, como la terapia de biofeedback o la cirugía.
La manometría rectal de alta resolución es una técnica más avanzada de la manometría rectal convencional que utiliza sensores más pequeños y una mayor densidad de puntos de medición para evaluar la función del recto y el ano con mayor detalle y precisión.
Las ventajas de la manometría rectal de alta resolución incluyen:
- Mayor precisión: la manometría rectal de alta resolución proporciona información detallada sobre la presión y la función muscular en diferentes partes del recto y el ano, lo que permite una evaluación más precisa de los trastornos defecatorios y una mejor planificación del tratamiento.
- Mayor comodidad: los sensores más pequeños utilizados en la manometría rectal de alta resolución son menos invasivos y pueden ser más cómodos para los pacientes.
- Mejora la comprensión de los trastornos defecatorios: la manometría rectal de alta resolución ayuda a los médicos a comprender mejor los trastornos defecatorios y a identificar las causas subyacentes, lo que puede mejorar la precisión del diagnóstico y el tratamiento.
El protocolo para una manometría rectal de alta resolución puede variar según el centro médico y el médico que la realiza, pero aquí hay algunos pasos generales que se pueden esperar durante la prueba:
- Preparación: antes de la prueba, se puede pedir al paciente que realice un enema para limpiar el recto. También se pueden dar instrucciones para dejar de tomar ciertos medicamentos o alimentos que puedan afectar la función intestinal.
- Posicionamiento: durante la prueba, el paciente generalmente se acuesta en una camilla en posición decúbito prono (boca abajo) o decúbito lateral (de lado). El médico puede usar lubricante para facilitar la inserción del catéter en el ano.
- Mediciones: una vez que se ha insertado el catéter, se miden las presiones y la actividad muscular en diferentes partes del recto y el ano. También se pueden realizar maniobras para simular la defecación y evaluar la respuesta muscular.
- Duración: la manometría rectal de alta resolución generalmente dura de 30 a 60 minutos.
- Resultados: después de la prueba, el médico analiza los resultados y discute los hallazgos y cualquier tratamiento necesario con el paciente.
La prueba de expulsión de balón, también conocida como prueba de Ballongram, es una prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar la capacidad del recto para vaciarse durante la defecación y determinar si el estreñimiento es el resultado de una disfunción rectal o de otra causa.
La prueba de expulsión de balón se realiza de la siguiente manera:
- Se inserta un balón inflable suave en el recto del paciente.
- Se infla el balón con aire hasta que alcanza una determinada presión.
- El paciente debe intentar evacuar el balón como si estuviera defecando.
- Se registra el tiempo que tarda el paciente en expulsar el balón y se mide la presión necesaria para hacerlo.
- El médico analiza los resultados para determinar si hay alguna anormalidad en la función rectal y para diagnosticar la causa del estreñimiento.
Si el paciente es capaz de evacuar el balón con éxito, significa que su recto es capaz de generar la fuerza necesaria para defecar, lo que sugiere que el estreñimiento puede ser causado por otras razones, como una dieta pobre en fibra, falta de ejercicio, deshidratación, efectos secundarios de medicamentos, entre otros. Por otro lado, si el paciente no puede expulsar el balón o se requiere mucha presión, puede indicar una disfunción rectal, como anismo o rectocele.
Un proctograma con bario, también conocido como enema opaco o estudio radiológico del recto y ano, es una prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar el funcionamiento del recto y el ano durante la evacuación. El procedimiento se realiza en una sala de radiología y es supervisado por un radiólogo y un técnico radiológico.
El proctograma con bario implica lo siguiente:
- El paciente se acuesta en una mesa de examen con los pies apoyados en estribos.
- Se inserta un tubo en el ano del paciente y se inyecta una solución de bario líquido, que se utiliza para rellenar el recto y el colon sigmoideo.
- El paciente se mueve a través de una serie de posiciones, como sentado, agachado y acostado, mientras se toman radiografías.
- El paciente se le pide que defeca la solución de bario líquido mientras se toman radiografías.
- El radiólogo analiza las imágenes para evaluar el funcionamiento del recto y el ano, incluyendo la capacidad del recto para retener el material fecal y la capacidad del paciente para evacuar.
El proctograma con bario es una prueba segura y no invasiva, aunque algunas personas pueden experimentar cierta incomodidad o retención de gases debido a la introducción del tubo en el ano y la inyección de la solución de bario. Es importante que el paciente informe al radiólogo si experimenta dolor o malestar durante la prueba. La información obtenida del proctograma con bario puede ayudar al médico a diagnosticar y tratar trastornos defecatorios, como el estreñimiento, el prolapso rectal y el anismo.
La resonancia magnética (RM) es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza un potente campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas de los órganos y tejidos del cuerpo. En la valoración del estreñimiento, la RM tiene varias utilidades, incluyendo:
- Identificar anomalías anatómicas: La RM puede ayudar a identificar anomalías anatómicas en el recto y el ano, como rectocele, enterocele, intususcepción rectal y prolapso rectal.
- Evaluar la función muscular: La RM puede medir la actividad muscular en el recto y el ano durante la defecación, lo que puede ayudar a identificar trastornos musculares y de la motilidad.
- Valorar la actividad cerebral: La RM funcional puede medir la actividad cerebral relacionada con la defecación, lo que puede ayudar a identificar trastornos del sistema nervioso que afectan el control del esfínter anal y la motilidad rectal.
- Evaluar la permeabilidad del recto: La RM puede evaluar la permeabilidad del recto y detectar la presencia de obstrucciones, como tumores, masas fecales o estenosis.
Estreñimiento crónico refractario:
El estreñimiento crónico refractario se refiere a una forma grave y persistente de estreñimiento que no responde a los tratamientos convencionales y que puede durar semanas, meses o incluso años. En este caso, el término “refractario” significa que el estreñimiento no responde adecuadamente a los tratamientos habituales, como los cambios en la dieta, el aumento de la actividad física o el uso de laxantes.
Las causas del estreñimiento crónico refractario pueden ser múltiples y pueden incluir trastornos de la motilidad gastrointestinal, alteraciones en la función muscular del colon y el recto, trastornos neurológicos, trastornos psiquiátricos, uso de medicamentos que pueden afectar la función intestinal, entre otros.
La evacuación disfuncional o disquinesia anorrectal es una condición en la cual los músculos del suelo pélvico y el ano no se coordinan adecuadamente durante la defecación, lo que hace que el vaciamiento del recto sea difícil o incompleto. En la evacuación disfuncional, la contracción de los músculos del suelo pélvico y del ano se produce de manera inadecuada o en momentos inapropiados durante la evacuación.
La evacuación disfuncional puede ser causada por una variedad de trastornos, como el estreñimiento crónico, el prolapso rectal, la lesión de los nervios pélvicos o el daño muscular debido a una cirugía previa. Los síntomas pueden incluir dificultad para defecar, sensación de bloqueo o incomodidad durante la defecación, necesidad de esforzarse excesivamente para vaciar el recto, y evacuación incompleta, lo que puede llevar a una acumulación de materia fecal en el colon y a la persistencia del estreñimiento.
El prolapso de los órganos pélvicos es una afección en la que los órganos pélvicos, como la vejiga, el útero o el recto, se desplazan fuera de su posición normal y descienden hacia o fuera de la vagina. Esta condición es común en mujeres mayores de 50 años y en aquellas que han dado a luz a través del canal vaginal.
El prolapso puede ser leve y no causar síntomas, o puede ser grave y afectar la calidad de vida de la persona. Los síntomas pueden incluir una sensación de presión o pesadez en la pelvis, dolor o incomodidad durante las relaciones sexuales, dificultad para orinar o defecar, y en casos graves, la protrusión visible de los órganos pélvicos fuera de la vagina.
Los factores de riesgo para el prolapso de los órganos pélvicos incluyen el parto vaginal, la menopausia, la obesidad y la edad avanzada. El diagnóstico se realiza mediante un examen pélvico y puede incluir pruebas adicionales, como la ecografía o la resonancia magnética.
El tratamiento para el prolapso de los órganos pélvicos puede incluir cambios en la dieta y el estilo de vida, ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, dispositivos de apoyo como los anillos pélvicos, medicamentos y, en casos graves, cirugía. La elección del tratamiento dependerá de la gravedad del prolapso, los síntomas y la edad y salud general de la persona.
La hernia cul-de-sac, también conocida como hernia de Douglas, es una protrusión de la pared intestinal en la cavidad pélvica a través de la parte posterior del útero en las mujeres o del recto en ambos sexos. Esta protrusión se produce en una zona llamada fondo de saco de Douglas, que es una pequeña depresión en la parte posterior de la pelvis.
La hernia cul-de-sac es más común en mujeres que en hombres debido a las diferencias anatómicas entre los sexos. Los factores de riesgo para la hernia de Douglas incluyen el envejecimiento, la obesidad, el estreñimiento crónico, la endometriosis y los partos vaginales.
Los síntomas de la hernia cul-de-sac pueden incluir dolor o molestias en la pelvis o el abdomen, presión en la parte inferior del abdomen, dificultad para orinar o defecar y, en casos graves, la protrusión visible del tejido herniado en la vagina o el recto.
El diagnóstico de la hernia cul-de-sac se realiza mediante un examen pélvico, una ecografía o una resonancia magnética. El tratamiento puede incluir cambios en la dieta y el estilo de vida para reducir la presión en la pelvis, ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, medicamentos para aliviar los síntomas y, en casos graves, cirugía para reparar la hernia.
La electromiografía del suelo pélvico (EMG) es una prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar la actividad eléctrica de los músculos del suelo pélvico. Esta prueba es útil para diagnosticar trastornos del suelo pélvico como la incontinencia urinaria, el prolapso de órganos pélvicos o el dolor pélvico crónico.
La EMG se realiza mediante la inserción de pequeños electrodos en el músculo del suelo pélvico. Los electrodos detectan la actividad eléctrica del músculo y la transmiten a un aparato que registra la actividad eléctrica y la convierte en una gráfica. El médico puede analizar la gráfica para evaluar la fuerza y la coordinación muscular del suelo pélvico.
Durante la prueba, el paciente puede realizar diferentes ejercicios para evaluar la fuerza muscular, como contracciones rápidas y sostenidas, y relajaciones. También puede realizar maniobras como la tos o el estornudo, que pueden afectar la actividad muscular del suelo pélvico.
La electromiografía del suelo pélvico es una técnica útil para evaluar los trastornos del suelo pélvico y ayudar a diseñar un plan de tratamiento adecuado. Sin embargo, la prueba puede resultar incómoda para algunos pacientes y debe realizarse en un ambiente cómodo y seguro para el paciente.
Los marcadores de Sitz son una técnica diagnóstica utilizada en el estudio de trastornos del suelo pélvico, como el estreñimiento y la incontinencia fecal. Consiste en la administración de pequeñas esferas radiopacas (marcadores) que se ingieren con los alimentos y que permiten evaluar el tránsito intestinal y la eliminación de las heces.
La técnica de los marcadores de Sitz se utiliza para evaluar la coordinación entre la contracción de los músculos del colon y la relajación del esfínter anal durante la defecación. Los marcadores se pueden detectar en las radiografías abdominales y pélvicas realizadas a los días, semanas o meses después de la ingesta de los marcadores.
El número de marcadores que se eliminan y el tiempo que tardan en ser eliminados por el organismo permiten evaluar la velocidad del tránsito intestinal y la presencia de estreñimiento o retención de las heces. También se pueden identificar alteraciones en la función del esfínter anal, como su debilidad o la falta de coordinación con la contracción del colon.
La cápsula inalámbrica de motilidad es una técnica diagnóstica no invasiva que se utiliza para evaluar la motilidad intestinal en pacientes con trastornos del tránsito intestinal, como el estreñimiento crónico.
Consiste en una pequeña cápsula que se ingiere por vía oral y que contiene sensores y transmisores inalámbricos que registran y transmiten información sobre la motilidad intestinal a un dispositivo externo. La cápsula se mueve a través del intestino gracias a las contracciones peristálticas del músculo intestinal, y los sensores registran los cambios en la presión y el pH en diferentes partes del intestino.
La información recopilada se transmite a un dispositivo externo que se coloca en un cinturón alrededor del abdomen del paciente. El dispositivo registra y almacena la información recopilada por la cápsula durante su tránsito por el intestino. Posteriormente, los datos se descargan y se analizan para evaluar la motilidad intestinal y detectar alteraciones en el tránsito intestinal.
La prueba de distensión simple con balón es una prueba diagnóstica que se utiliza para evaluar la función rectal y la sensibilidad rectal en pacientes con trastornos de la evacuación rectal, como el estreñimiento crónico refractario.
Durante la prueba, se introduce un pequeño balón en el recto del paciente y se infla con aire a una presión determinada. El paciente es instruido para indicar cuando siente la necesidad de defecar y cuando experimenta un dolor o una incomodidad. La presión del balón se incrementa progresivamente hasta que el paciente experimenta una sensación de distensión rectal o una sensación de defecación urgente, o hasta que la presión máxima se alcanza.
La prueba de distensión simple con balón se utiliza para evaluar la capacidad del recto para distenderse y detectar la sensación de llenado rectal. También puede ser útil para evaluar la sensibilidad rectal y la capacidad del paciente para diferenciar entre las sensaciones de llenado rectal y la necesidad de defecar.
Esta prueba puede proporcionar información útil para el diagnóstico y el tratamiento de trastornos defecatorios y puede ayudar a los médicos a diseñar un plan de tratamiento individualizado para cada paciente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prueba puede ser incómoda para algunos pacientes y debe ser realizada por un profesional capacitado en un ambiente cómodo y seguro para el paciente.
Qué síntomas sugieren alteraciones defecatorias? Pacientes que manifiestan ayuda digital, sensación de bloqueo durante la evacuación, sensación de evacuación incompleta posterior a evacuación Puede coexistir el síndrome de intestino irritable y la disfunción del piso pélvico? Si, en algunos pacientes se puede conseguir las 2 patologías Que importancia tienen el examen rectal en la evaluación de este tipo de alteraciones? La inspección puede demostrar fisuras o hemorroides. El tacto rectal permite determinar la presión al reposo, cuando el paciente puja o se relaja y durante la evacuación simulada. Se pueden diagnosticar las alteraciones en la evacuación solo con el examen físico y los antecedentes? No, las pruebas de función anorrectal son fundamentales para determinar el tipo de alteración que presenta cada paciente. En la mayoría de los pacientes la manometría anorrectal y la expulsión del balón son suficientes para confirmar o excluir las alteraciones rectales. Pueden estas pruebas ser anormales en pacientes asintomáticos? Si, por lo que cada una de estas pruebas debe ser interpretada en el contexto clínico. Por esa razón el consenso de Roma IV sugiere que para diagnosticar alteraciones defecatorias deben estar alteradas al menos 2 pruebas. Que diferencia hay entre rectocele y prolapso rectal? Tanto el rectocele como el prolapso rectal son trastornos que afectan el recto y el ano, pero hay una diferencia importante entre ambos: El rectocele se produce cuando la pared del recto se debilita y se abomba en la vagina en las mujeres o en la próstata en los hombres. Esto puede ocurrir debido a factores como el parto vaginal, la menopausia, la edad avanzada y la constipación crónica. Un rectocele puede causar síntomas como dolor o molestias en la pelvis, sensación de presión en la vagina o en el recto, y dificultad para defecar. El prolapso rectal, por otro lado, es una afección en la que el recto se desliza fuera del ano y puede sobresalir del cuerpo. Esto puede ocurrir debido a factores como el parto vaginal, la edad avanzada, la debilidad del músculo del suelo pélvico, la constipación crónica y la cirugía previa. Un prolapso rectal puede causar síntomas como sensación de pesadez o presión en el recto, dificultad para evacuar, incontinencia fecal y dolor en la zona anal. En resumen, el rectocele se produce cuando la pared del recto se abomba en la vagina o en la próstata, mientras que el prolapso rectal se produce cuando el recto se desliza fuera del ano. Ambos trastornos pueden ser tratados con terapia de fisioterapia, cambios en el estilo de vida y en algunos casos, con cirugía. Cuales son las indicaciones de la manometría rectal? Estreñimiento crónico: La manometría rectal puede ayudar a identificar la causa del estreñimiento crónico y determinar si hay un trastorno de la motilidad o de la función muscular del recto o del ano. Incontinencia fecal: La manometría rectal puede evaluar la función del esfínter anal y de los músculos que controlan la continencia fecal, y puede ayudar a identificar la causa de la incontinencia fecal. Dolor anal: La manometría rectal puede ayudar a evaluar la función del esfínter anal y de los músculos del suelo pélvico, y puede ayudar a identificar la causa del dolor anal crónico. Evaluación preoperatoria: La manometría rectal puede ser útil en la evaluación preoperatoria de pacientes que van a someterse a cirugía rectal o anal, para determinar la función muscular y la motilidad del recto y del ano. Evaluación de trastornos neuromusculares: La manometría rectal puede ser útil en la evaluación de trastornos neuromusculares que afectan el recto y el ano, como la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple.