El Poder Supremo:
Cada cual tiene su suerte en las manos, como un escultor la materia que convertirá en figura. Pero con ese tipo de actividad artística es igual que con los demás: nacimos apenas con la capacidad de realizarla. La habilidad para hacer de ese material lo que queramos debe aprenderse y cultivarse atentamente. Johann Von Goethe
La maestría es la impresión que tenemos un mayor dominio de la realidad, los demás y nosotros mismos.
Para nosotros la maestria es algo que se experimenta un breve momento pero para otros individuos es un modo de vida.
El procedimiento que conduce a esta forma suprema de poder tiene tres fases: el primero es el aprendizaje del oficio, el segundo es la fase creativa-activa y el tercero es la maestria.
Las obras de arte de los maestros nos tocan en lo más hondo: el artista ha captado un fragmento de la esencia de la realidad. Podemos llamar intuición a este poder, pero la intuición es apenas una aprehensión repentina e inmediata de lo real, sin necesidad de palabras ni fórmulas.
Muchos de nuestros procesos mentales internos tienden, por obsesivos, a desconectarnos del mundo.
En el nivel de la maestría, las facultades intuitivas son una mezcla de lo instintivo y lo racional, lo consciente y lo inconsciente, lo humano y lo animal.
De niños tuvimos algo de esa espontaneidad y facultad intuitiva, la cual suele ser expulsada por la información que regarga nuestra mente al paso del tiempo. Los maestros regresan a ese estado infantil, y sus obras exhiben cierto grado de espontaneidad y acceso a lo inconsciente, aunque a un nivel muy superior al del niño.
Cuando se alcanza la maestría, la intuición es un poder a nuestro mando, el fruto de haber seguido el proceso completo.
Evolución de la Maestría:
Nuestra maestria no se deriva de las manos, sino de nuestro cerebro; de que hayamos hecho de nuestra mente el elemento mas poderosos conocido en la naturaleza.
En la raíz de la transformación mental están dos simples rasgos biológicos: el visual y el social que los seres humanos convirtieron en poder.
Los animales están encerrados en un presente eterno, pueden aprender de hechos recientes, pero lo que está ante sus ojos los distrae con facilidad. Nuestros antepasados mirando un objeto el tiempo suficiente sin distraerse podían desligarse un momento de las circunstancias inmediatas, esto les permitía advertir patrones, hacer generalizaciones y pensar por adelantado.
Los primeros homínidos tenían más interacciones sociales que otros primates.
Gracias a la complejidad de esos dos rasgos (el visual y el social) nuestros antepasados pudieron inventar y desarrollar, hace 2 o 3 millones de años la habilidad de cazar.
Cuando nos damos tiempo para concentrarnos profundamente, cuando confiamos en que seguir un procedimiento de meses o años nos conducirá a la maestría operamos conforme a la naturaleza de este instrumento maravilloso, el cual se desarrolló a lo largo de muchos millones de años.
Claves para la Maestría:
Elementos básicos que se repiten en la vida de todos los grandes maestros de la historia: una pasión o predilección de juventud, un encuentro casual que les permite descubrir cómo aplicar esa pasión y un aprendizaje en el que cobran vida gracias a su concentración y energía.
El nivel de nuestro deseo,paciencia,persistencia y seguridad termina por desempeñar en el éxito un papel mucho más importante que la posesión de facultades mentales extraordinarias. Si nos sentimos motivados y vigorizados podemos vencer casi todo.
La gente tiene la mente y calidad de cerebro que se merece, por sus actos en la vida.
Nuestros pensamientos determinan nuestro paisaje mental.
La creatividad que adquieres al aprender en detalle una habilidad debe renovarse con frecuencia, forzando siempre tu mente a recuperar su estado de apertura.
Al dirigirte a la maestría acercas tu mente a la realidad y la vida misma.
DESCUBRE TU LLAMADO: TU TAREA EN LA VIDA: