La inmersión bajo el agua durante la colonoscopia mejora ciertas técnicas comúnmente utilizadas. Cuando se compara con la insuflación de gas convencional, el uso de agua permite un menor uso de la sedación, el paciente se siente más confortable y aumenta la tasa de detección de adenomas como se ha demostrado en muchos estudios científicos.
El agua de por sí tiene efecto de magnificación que mejora la resolución y permite definir con mayor precisión los márgenes de la lesión tanto con luz blanca como con NBI.
En la colonoscopia convencional al insuflar el colon las lesiones pueden ocultarse en los profundos valles que se encuentran entre los pliegues. Bajo el agua estas lesiones flotan a la vista.
El agua actúa como disipador de calor lo cual junto al incremento entre las paredes del colon disminuye el riesgo de injuria térmica lo cual protege contra el síndrome de post polipectomía por electrocauterio.



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